EL REGALO

EL REGALO.

Adorada amiga mía,
y es que aquella vez, esperando la fecha de tu cumpleaños y con suficiente antelación, decidí comprarte un regalo. Es normal en mí la ansiedad infantil de entregarlo antes de la fecha, como me ocurrió tantas veces con las manualidades del día de la madre en el colegio. Pero esta vez decidí  esperar a que me dijeras cuando yo podía hacer la entrega formal de tan amistoso y pequeño detalle. Esperé y esperé y hasta un día casi te lo entrego. Pero en fin, el retraso me dió la magnífica oportunidad de cambiar el envoltorio, una vez navideño, luego de carnaval y hasta morado en Semana Santa lució tu regalo.
Finalmente decidí no insistir más y dejar eso en veremos. Y es que tampoco podía regalárselo a otra persona, sería desleal. Y echarlo a la basura?. Sería vergonzoso. Entonces pensé en que lo mejor era que se perdiera o desapareciera. Y así fue como luego de cambiarle repetidamente las tarjetas con mensajes cada vez menos comprometedores, decidí dejarlo como olvidado en un banco de la plaza y retirarme de ahí. Pero pronto mi huida se interrumpió con los gritos de un borrachito: "Señor, señor, se le olvidó este paquete". Pero caramba! qué más se podría hacer? y pensé algo genial, lo dejé en un pasillo del edificio de los tribunales, ahí hay muchos abogados inescrupulosos que con semejante tentación no dudarían en apropiarse indebidamente de tan llamativo paquete.Pero fue por esa fatídica ocurrencia como terminé detenido, acusado de haber colocado un supuesto artefacto explosivo.
Afortunadamente a los pocos meses ya salía yo de la penitenciaría todavía con tu regalo en mis manos y sin saber que hacer con él.
Hoy en día, luego de muchos años, ya muy lejos de aquella ciudad y luego de caminar a paso lento como suelo hacerlo todas las tardes en esta ciudad de cuatro estaciones, llego a mi pequeña habitación y ahí está. Ya el envoltorio dice mucho de las vueltas que la vida le ha dado. Y aunque sería en vano tratar de averiguar donde estás tu hoy, aquí está tu paquete, que puede ser, algún día y de alguna forma me dirás que ya te lo puedo entregar.